Actualmente soy pensionista, estoy jubilado, pero era tanta la intensidad del sueño que me ha guiado durante años que aún mantenía la esperanza de volver a cantar, de subirme al escenario a interpretar canciones que emocionasen al público, de volver a las salas de fiestas (que ya apenas quedan), a los hoteles, a las verbenas… pequeños y grandes recintos, de sentirme artista, un artista humilde, sin fama, sin riqueza, pero artista. 

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    En Septiembre del 2018 hice algo que nunca había hecho, me apunte a un concurso, en concreto a la edición del 2019 de “La Voz Senior”, pensaba que no me llamarían, mira por donde me llamaron y… renuncié  ¿por qué? os preguntaréis. Las razones son varias y de variada índole, sin embargo la mas poderosa es una que aunque no lo reconozca como un problema de salud si que es algo extraña: Hace ya unos años que me resulta muy difícil recordar la letra entera y la estructura de las canciones, sea en el idioma que sea; me veo amarrado al atril con las letras a la vista, además con las gafas para poder leer, lo cual limita mi capacidad interpretativa, me deja prácticamente sin movimiento, casi sin expresión corporal, tan importante en mi forma de actuar. Esto me hace pensar que mi cerebro se niega a seguir cantando, puede parecer una paranoia pero he llegado a la conclusión de que no soy yo el que se olvida de las canciones, son las canciones las que se están olvidando de mi.

 

    He de decir que insistieron, el material que envié daba fe de mis cualidades y de mi larga experiencia profesional, me llamaron, me pusieron un par de Whats Apps, pero aun así desistí. Esto sucedió en Septiembre de 2018 como os he dicho, justo en esa fecha decidí abandonar, estaba a punto de cumplir setenta años, los años siguen pasando y aún me cuesta resignarme. Creedme si os digo que afortunadamente me siguen acompañando las facultades y disfruto de una buena presencia, pero ya no hay vuelta atrás, por el bien de mi salud mental es mejor sacarme de encima esta obsesión.

 

    Quede pues para el recuerdo este portafolio interactivo que va a seguir llevando el título de LA VIDA CANTADA (Memorandum - Anecdotario), y que contiene todo o casi todo lo que cuenta de “Willy” a través de videos, audios, fotos… lo que merece la pena de lo poco que he conservado a lo largo de 50 años.

 

   Quiero dedicarlo a la memoria de mis padres, a mi querida Rosita, a mis hijas y sus parejas, a mis nietos, a mis hermanas y hermano, en fin, a toda la familia y a los amigos que siempre creísteis en mi.